La primera impresión (Duncan Beck e Ichigo Tanaka)

    Cuando Duncan llegó a clase se encontró a sus amigos hablando muy animadamente.
    -¡Eiiih! ¿Qué tal, chavalotes? -saludó. Dejó la mochila sobre el pupitre y cogió su silla para sentarse cerca del grupo.
    -Nas noches, Duncan -le saludó uno de ellos.
    -Estamos hablando del nuevo profesor -comentó otro.
    -¿What? Pero si ya nos hemos hecho con todos -Duncan tarareó la musiquilla del opening de Pokémon-. ¿Alguno se ha rajado?
    -No, tío, que no te enteras. No es de clases-clases, es de extra -explicó el tercer amigo.
    -Sí, de Teatro. No le hemos visto aún pero dicen que tiene unas pintas mazo raras -dijo el primero.
    Enseguida le pusieron al día. Era raro que Duncan no se enterase de las novedades que se cocían en el colegio. El chico era extrovertido, se llevaba bien con casi todos y mantenía buena relación tanto con los alumnos de cursos inferiores como de los superiores. También hacía migas con muchos de los profesores.   Pero si le llegaba la información no era precisamente porque la andase buscando.
    Así fue cómo se enteró de la nueva asignatura extraescolar que había implantado el centro. Que el profesor que la daría tenía pinta de chino por los rasgos de su cara. Que llevaba el pelo de colores y que se vestía como un payaso aunque, y en esto hicieron mucho hincapié varias compañeras, estaba muy bueno.
    A cada nuevo dato Duncan hacía comentarios graciosos y se esforzaba por formar una idea mental con todo lo que le decían. Era una tarea realmente complicada. Había visto algunos chinos por su barrio pero no se amoldaban para nada a todo aquello. ¿Realmente existía un espécimen así?
    -Yo voy a ir a la primera clase -afirmó una de sus amigas.
    -Puede que yo también. En los carteles...
    -¿Qué carteles? -le interrumpió Duncan.
    -Unos que han puesto en los corchos de cada piso. Pone que a la primera clase puede ir quien quiera -explicó la segunda chica.
    -A lo mejor es una especie de prueba. No sé, algo así como para animar a los alumnos y que vean si realmente les puede interesar la clase o no -expuso una de ellas. La otra asintió en acuerdo.
    -¿Y cuándo es? -quiso saber Duncan.
    -Esta tarde a las 5. ¿Por? ¿Vas a venir?
    -Ummm... -repasó la agenda mentalmente-. Va a ser que sí. No tengo ningún plan a la vista y necesito verlo con mis propios ojos. ¿No exageráis demasiado todo? Un chino vestido de payaso con el pelo de colores y tal y cual, Pascual -se echó a reír.
    -Y que está cañón, que no se te olvide -apuntó la primera.
    -Siiií... sí, sí. ¿Cuánto te apuestas a que te llevas un chasco? -propuso Duncan.
    -No voy a caer en la trampa, guapo -dijo con tono resabiado-. No me confundas con la Mari.
El resto de la mañana transcurrió con normalidad y a pesar de estar pendiente, por si veía a un chino con semejantes pintas, nadie así apareció. ¿Prepararía la clase minutos antes? ¿Tendría la intención de no dejarse ver hasta el momento clave para así levantar mayor expectación? Porque de ser así, sin duda con él lo había conseguido.
   Duncan les envió un whatssap a sus padres para que supieran que llegaría a casa más tarde de lo normal y evitar preocuparles. Mandó otro a Spam, el único de sus robots al que le había comprado un móvil. Terabyte de seguro lo hubiera perdido y Odyssey era sólo una niña.
   Las clases por fin dieron por finalizadas y el chico se despidió de la mayoría de sus compañeros para enfilar hacia el salón de actos. Ese era el lugar en donde se desarrollarían las clases de Teatro, algo con bastante lógica por aquello de tener escenario.
   -¿Crees que tendrá novia? -escuchó que preguntaba una de las chicas a la otra.
   -No lo sé pero ojalá que no. Y que no sea muy viejo. Quién sabe lo que podría pasar...
   Ambas chicas soltaron risitas cómplices y pícaras.
   <<Bonito chasquete que se van a llevar. No sé porqué a mí me da que será un callo malayo>>, pensó Duncan.
   Las primeras filas de butacas se llenaron casi al completo y en poco tiempo. Era sorprendente el revuelo que había causado el misterioso profesor. Y mientras sus compañeras no dejaban de especular sobre el pobre hombre, Duncan echó un vistazo a los allí presentes y también a los que iban entrando por las puertas dobles. Una mancha morada clara captó su atención. ¿El profesor? No, se trataba de otro alumno, ¿o alumna? Por el uniforme masculino dedujo que se trataba de lo primero.
   -¡¿Qué dices, loco?! ¡Pero si es un tío! -dijo en voz alta.
   -¿Eh? ¿Quién? -se interesó una de las chicas. Siguió la mirada de Duncan y ambas lograron enterarse de a quién se refería.
   -¡Vaya! Es gay, ¿no? -preguntó la segunda.
   -Seguro. Parece una niña. No sé ni cómo no le da vergüenza -criticó la primera.
   -Tiene los huevos cuadrados -dijo Duncan-. Me declaro su fan incondicional.
   -¿De cuántos eres fan ya? -rió la otra.
   -Nunca son suficientes, nunca... -rió el chico a su vez.
   El nivel de ruido era cada vez mayor, tanto por el cúmulo de gente, como por la excitación que incrementaba al cumplir y pasar la hora acordada. Y de repente las luces se apagaron, las voces menguaron poco a poco y los focos iluminaron el escenario.
    Duncan se hundió un poco más en su butaca para ponerse cómodo y disfrutar del espectáculo que iba a presenciar. El telón, de dos piezas, comenzó a abrirse y dejó paso a una auténtica explosión de color.
   Efectivamente, el profesor de Teatro llevaba el pelo de colores, fucsia y azul para ser exactos. Su cara mostraba claros rasgos orientales pero el alumno no tenía ni idea de si era chino o no. Algo que le decía que esa era una suposición demasiado sencilla. Desde la distancia pudo identificar que tenía los ojos claros pero no se arriesgaba a decir el color. Y por último, pero no menos importante, la ropa era difícil de catalogar. ¿Se trataba de un estilo concreto o el profesor iba por libre? Lo que Duncan sí sabía era que pasar mucho tiempo mirándole podía quemar retinas. Ponerse unas gafas de sol no hubiera estado de más.
   -Vaaaya... ¿Has visto eso? -preguntó una de sus compañeras y acto seguido le dio un codazo.
   No sabía si se estaba refiriendo a las pintas que llevaba o a que realmente había fallado de lleno porque de callo malayo no tenía nada. Era guapete.
   -Buenas tardes mis queridos alumnos -dijo el profesor con tono pomposo a la vez que hacía una floritura con la mano derecha y una reverencia-. Mi nombre es Tanaka Ichigo pero podéis llamarme Ichigo y a partir de hoy seré vuestro profesor de Teatro si así lo creéis conveniente.
   Varios murmullos provenientes de las butacas se elevaron en el aire.
   <<Japonés, me gusta.>> Duncan no era un apasionado de ese país pero dado que muchos de sus juegos favoritos provenían de Japón, el profesor le dio buen rollito con ese dato.
   -Tú, el chico de allí -Ichigo señaló.
   Duncan se giró para ver a quién se refería. Estaba apuntando en la dirección en donde él se encontraba y a su alrededor daba la coincidencia que sólo había chicas. Se señaló a sí mismo y se incorporó cuando el profesor asintió. Avanzó muy relajado y subió al escenario.
   -Bien -asintió el hombre-. ¿Cómo te llamas?
   -Duncan, Tanaka-sensei -contestó.
   Lo siguiente que supo es que Ichigo le rodeaba el cuello con el brazo izquierdo y que estaba presionándole la sien con una pistola.
   -¡QUE NADIE SE MUEVA O ME LO CARGO! -gritó a pleno pulmón para hacerse oír por encima del resto de gritos.
   El chico notó cómo la sangre abandonaba su cuerpo. Ladeó la cabeza para echarle un vistazo al arma y estuvo a punto de soltar una buena carcajada. Se trataba de una pistola de aire comprimido y vale, era una buena réplica pero de cerca el truco se notaba. El impacto a esa corta distancia le haría bastante daño y le dejaría un bonito cardenal pero de ahí a cargárselo había mucho trecho.
   -Por favor, por favor, por favor -comenzó a suplicar-. ¡Que alguien me ayude!
   -Cállate imbécil -le gruñó al mismo tiempo que amenazaba al resto de los alumnos produciendo más chillidos-. ¡Que nadie se atreva a hacerse el héroe! ¡Juro volarle la tapa de los sesos al primero que se acerque! -advirtió con rápidas palabras.
   -¡Soy demasiado joven para morir y aún no he podido jugar al Country Dance 2! -gritó Duncan con tono lastimero. Luego se echó a reír sin poderlo evitar.
   -¿Me has descubierto? -inquirió Ichigo sorprendido. Le soltó y alzó la mano para pedir silencio-. ¿Qué he hecho mal? Mi interpretación ha sido prácticamente perfecta.
   -Sí, si me he cagado vivo en los primeros segundos pero he reconocido la pistola de aire comprimido.
   -Vaya... tendría que haber cogido la réplica -se lamentó-. Shhh, chicos, chicos, bajad el tono de voz -alzó el arma-. No es de verdad y lo de ahora ha sido una actuación. Ya te puedes volver a sentar -le dio una palmadita en la espalda-. De esto se trata el Teatro. Vivir experiencias que posiblemente nunca podrías experimentar.
   La mirada de los alumnos lo decía todo, no lo tenían muy claro.
   -Pero la clave de todo son los sentimientos. Llegar al público como yo he hecho con vosotros esta tarde. Tensión, alegría, miedo, amor, sorpresa... -enumeró sentado en el borde del escenario, con las piernas colgando en actitud relajada-. Yo os ayudaré a conseguirlo. Este curso, en las fiestas del colegio, el club de Teatro representará una obra. Tengo algunas ya seleccionadas pero seréis vosotros quiénes decidiréis por mayoría. Hay de todo un poco, no os preocupéis. No soy muy dado a representar Romeo y Julieta porque está muy trillada aunque tengo que decir que es una obra sublime que lo tiene todo. Pero no, en este caso he elegido obras muy actuales. Incluso, si os interesa y estáis motivados, podemos escribir una nueva entre todos -explicó ilusionado.
   -Cada uno de vosotros puede aportar su personaje y con eso construir el hilo argumental -sonrió-. Tendréis una semana para pensar si queréis apuntaros a Teatro. El mismo día, a la misma hora y en el mismo lugar esperaré a quienes quieran atrapar el corazón del público. ¡Que comience el espectáculo! -exclamo poniéndose de pie. Avanzó unos cuantos pasos hacia el interior del escenario y el telón volvió a cerrarse.
   De nuevo el murmullo se elevó hasta hacerse ensordecedor. Había tantas opiniones positivas como negativas, pero lo que estaba claro era que a nadie le había dejado indiferente.
   Duncan era todo risitas. Había alucinado con Ichigo y, aunque al principio sólo había acudido para saciar su curiosidad, ahora estaba decidido a apuntarse. Aquello prometía y mucho. Lo del Teatro le llamaba a medias. Era el profesor quien le hizo ver que iba a ser una actividad muy entretenida.
   <<Tendré menos tiempo para echar partidas pero, ondiá, merecerá la pena>>, pensó mientras salía del salón de actos.

5 comentarios:

  1. Yo estuve apuntada a Teatro hace unos años y sólo duré dos semanas... Si hubiera tenido un profesor así la cosa habría sido MUY distinta. ¡Qué pasada!

    Creo que ya te lo he dicho, pero me gusta mucho como escribes y la personalidad que le das a cada uno de tus personajes ♥

    ¡Un beso!

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    1. Debería haberme apuntado a Teatro alguna vez en mi vida porque ahora no sé cómo afrontar los siguientes relatos de sus clases xD (tendré que hacer investigación por internet ò_ó). A mí me habría encantado tener también a Ichigo como profesor (y a Alex como profes de gimnasia, groarrr xDDD).

      Jo, muchas gracias ^^ Lo de los personajes intento plasmarlos lo mejor posible (aunque me contengo con los detalles. Creo que podría describir cómo se mueve cada uno xD). Y mi forma de escribir... a mí me ralla porque tengo la impresión de no escribir bonito (no sé explicarlo mejor, jajaja). Como que voy muy a saco, soy muy directa y tal. Supongo que no queda otra cuando no viene al caso meter un poco de vena poética :P

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  2. Me he reído un montón, y me ha encantado cómo presentas a Ichigo. Duncan me gusta mucho, su relación con los amigos y las conversaciones tan realistas que tienen (y tan suyas).

    Mis momentos favoritos:

    << No sé porqué a mí me da que será un callo malayo>>, pensó Duncan.

    -¿De cuántos eres fan ya? -rió la otra.
    -Nunca son suficientes, nunca... -rió el chico a su vez.

    Lo del callo malayo me ha matado, y lo del multi fandom, jajajaja genial <3

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    1. Gracias, churrispisss!
      Tendré que hacerle una foto a Duncan poniéndose las gafas de sol para poder mirar a Ichigo (en plan coña) xDDD Es que me lo imagino totalmente. Menudo contraste entre uno y otro.

      Es muy entretenido hacer hablar a Duncan, aunque a veces tengo que concentrarme mucho porque no me salen latiguillos típicos suyos cuando escribo >___<

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  3. Ains Duncan me encanta *o* pero ahora Ichigo me encanta también xD es todo color como a mi me gusta *____________* y está to loco xD yo casi me creo que se le había ido la olla y se iba a poner a dar tiros xD me gusssta *__*

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