Entonces... ¿Eso es lo que somos? (Kei Ogawa)

   Todo el mundo –bueno, todo aquel que me conoce mínimamente, que ya es mucho- sabe que la Educación Física y yo no nos llevamos lo que se dice precisamente bien. Creo que hasta el profesor lo sabe. Normal, apenas me ve. 
    De hecho, ayer tocaba y estaba a punto de irme a la azotea –siempre voy allí cuando quiero evadirme. Digamos que forma parte de los privilegios de ser subdelegado -, cuando el de matemáticas se pasó a decirnos que no íbamos a tener. Que Alex estaba enfermo. Por cierto, aún estoy pensando si pasarme por su piso. Sí, sé que vive en un piso y sé dónde exactamente. Y no, a esto no se le llama acoso, se le llama ser precavido. ¿Y si un día, por las circunstancias que sean, le pasa algo? Vale, lo reconozco, es que me pone. Porque lo de que no me guste su asignatura no tiene nada que ver con que él no me guste. Es que le tendríais que ver. Si no me gustase sudar, no me importaría nada caer inconsciente por una falta de oxígeno debido al exceso de ejercicio con tal de ver esa espalda ancha, sus grandes y fuertes manos curtidas y esa sonrisa capaz de derretir el hielo. 
    ¿Manos grandes, polla grande? Vale, ya lo dejo. Pero estoy seguro de que en su caso se cumple. 
    El caso es que Nobu podría ser un problema aunque no tendría nada que tener en contra. Quiero decir que como japonés típico que es, el tratar con respeto a los profesores y agradecerles el tiempo que dedican a formarnos, mi visita estaría totalmente justificada. 
    … 
    Prefiero no arriesgarme. 
    Lo dicho, no tuvimos clase pero nos teníamos que quedar en el aula para adelantar deberes y dedicar el tiempo a cosas de provecho. Y como es evidente, nadie hacía nada de eso. 
    Cerré a Orici y lo metí en la bandolera. 
    -Ahora vengo, voy al baño –dije a Nobu. Qué bien me viene tenerlo al lado, así no me tengo que levantar para decirle cualquier cosa. Lo malo es que ya no puedo practicar mi puntería lanzándole trozos de goma a la cabeza. Antes le tiraba bolitas de papel ensalivadas y era divertido ver cómo se le quedaban algunas, las más pequeñas y empastadas, pegadas al pelo. Ahora está demasiado cerca como para que resulte divertido. Eso y que me tiene demasiado al alcance para cuando me toca recibir. 
    Prefiero no volver a sentir su ira exagerada. Aún me duelen las costillas cuando recuerdo la última vez que me “regañó”. Auch. 
    Total, que me fui al baño porque me meaba –si es que luego me diréis que no os cuento detalles –¿y allí a quiénes me encuentro al salir del cubículo? A mis “amigos” de tercero. Esos que en los pasillos, en el patio y en general allá donde me vean hacen comentarios sobre mi manera de llevar el uniforme, mi pelo, por ir maquillado, mi tiara y todo lo que para ellos se sale fuera de lo normal. Lo que ellos no saben es que ya pasé por esto antes. 
    Sonrío y me callo. 
    Yo espero. 
    -¿Qué? ¿Acicalándote, maricón? – pregunta uno de ellos que parece ser el cabecilla. Los otros dos se ríen tontamente. 
    Negué con la cabeza. 
    -Es maquillaje del caro –expliqué de forma muy sencilla para que sus mentes limitadas lo entendiesen-. Me dura todo el día perfecto –añadí con sinceridad. Si les interesase el tema, no me importaría recomendarles alguna marca o producto cosmético. 
    Pero no a todos nos gusta la sinceridad. Por eso me empujó contra la pared, dejándome la espalda dolorida. ¿Ya he comentado que soy de cuerpo débil? 
    Sabía que me arriesgaba demasiado pero la paliza me la iba a llevar de igual modo así que lo besé e hice que sus brazos me rodeasen la cintura. Puse mis manos sobre su pecho para empujarle en el momento preciso. Si Dios me quería –y si existe-, la puerta se abriría. 
    Y sí, se abrió y entró alguien. Mi testigo. Esa persona que me daría la razón sobre la agresión sexual y acoso que estaba padeciendo. Lo que no me esperaba es que esa persona fuese Nobu. 
    -¡No quiero! –exclamé mientras empujaba con todas mis fuerzas al acosador. 
    Por cierto, se me da bien poner voz de chica en apuros. No sabía yo, ni me imaginaba, que podía aparentar tanta feminidad. “Kei es gay”. Mejor no comentárselo a Ghost. 
    Entonces fue cuando miré hacia la puerta y le vi. No perdí detalle de cómo entró corriendo, agarró la nuca de mi acosador particular y lo apartó sin soltarlo. Los otros dos ni se movían. El cambio había sido muy brusco como para reaccionar. 
    -No le toques –masculló cabreado mi sexy yakuza. 
    -Ah, ya has venido a defender a tu novio. Qué asco dais, putos homosexuales –dijo aún preso y hablando como podía. Nobu le mantenía con la espalda encorvada y mirando al suelo. 
    Al final le liberó pero justo cuando se estaba incorporando, le asestó un puñetazo en la cara. Creo que Nobu utiliza los golpes como parte del diálogo y el caso es que suelen dar buen resultado. Todos a quienes pega se quedan mejor con sus palabras. Bueno, menos yo. Pero es que yo no aprendo. 
    -¿Decías? –le incitó a seguir metiendo la pata. 
    -Maricones… -otro golpe para hacerlo callar y esa vez parecía que le había roto la nariz. Cayó al suelo como un peso muerto y los otros dos dieron un paso hacia atrás, en dirección a la puerta. Quedaba claro quién era el líder entonces. Eso o el cabecilla, si era uno de los dos que quedaban, era un gallina. Aunque le comprendo. Yo también temo a Nobu. 
    -Tienes sangre en la mano –siempre velando por su imagen. 
    -No es mía –dijo. Ya lo sabía. Rodé los ojos interiormente. 
    Miré al chico que yacía en el suelo y me acuclillé. 
    -Ya lo sabes. No me toques o mi novio te volverá a romper la nariz –mantuve los ojos fijamente también en los otros dos para generalizar la amenaza. 
    -No te voy a volver a proteger, así que no te metas en problemas –me advirtió con voz cortante mientras salía del baño. 


    Le seguí, total, ¿qué iba a hacer allí si no? Caminé unos pasos por detrás de él, sumido en mis pensamientos y sin replicar ni intentar camelármelo. ¿Por qué no me había rebatido antes? Había nombrado la palabra “novio” delante de los otros refiriéndome a él y a mí. Y Nobu no había dicho nada en contra. 


    Así supe lo que se le pasaba por la mente. Y yo que pensaba que sólo me quería por mi cuerpo :D

------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Epílogo: Los tres chicos fueron expulsados del instituto. Kei habló con el director y presentó la prueba que los culpaba, una grabación de sonido hecha con su móvil durante el suceso.
Nobu estuvo durante un tiempo esperando a Kei los días en que salía tarde del instituto (deberes como subdelegado), hasta que se enteró de la expulsión.

8 comentarios:


  1. Xantiago D. Martínez dijo...

    -Tienes sangre en la mano.
    -No es mía.

    No puedo con estos dos, vaya pareja hacen y que suerte tiene Kei, aunque también es verdad que no es que se lo busque (mentiiiira, le falta ponerse un cartel que diga "acósame") pero, vamos, que tiene mucha suerte MUCHISIMA porque si Nobu no llega a entrar a saber como acaba.

    Oye, un puntazo eso de que los echase, en verdad Kei es ese tipo de persona con la que te sale más a cuenta no meterte o al menos no dejar muchas pruebas ¿no? Es genial.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. xD Para aquellos que no veían a estos dos juntos... si parece que han sido creados para estar juntitos, haha.
      Kei sabe que va provocando con las pintas que lleva pero es un no y un sí. No lo hace expresamente por eso pero tampoco lo corrige a sabiendas de que pueden pasarle estas cosas (y lo sabe muy bien). Así que sí, bueno, también es un modo de no aburrirse. Hay veces que no le entiendo ni yo ^^U
      Y sí, tiene mucha suerte porque palizas ya se llevó y bastante fuertes cuando estuvo en el orfanato. Allí no tenía a nadie que lo salvase y tuvo que aprender a sobrevivir por medios poco éticos (nada sexual). No le quedó otro remedio que curtirse y creo que eso le hizo también ser muy cómo es ahora.
      Supongo que poco a poco irá bajando sus defensas al estar al lado de Nobu (que pocas veces le quita ojo de encima ^^).

      Kei es de los que callan, aguantan y luego ya actúan. Lo de "la venganza se sirve en plato frío" va totalmente con su forma de actuar.
      Es débil físicamente pero sabe bien cómo cuidarse. Sobre todo labrarse una reputación para que ya nadie se atreva de nuevo a darle el coñazo (aunque eso quiera decir no tener ya diversión por esa parte).

      Eliminar

  2. Ylliasviel dijo...

    Yo de verdad que no puedo con esto *//////*
    Momento ''masculló cabreado mi sexy yakuza'' Yllia muere xDD.Kei,eres la caña.
    De verdad,em encanta esta pareja,y me encanta leer estos relatos suyos,asíq ue de aburrir nada,ya espero con ansias el siguiente >//w//<

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. xDDD Me lo imagino pensando lo de "mi sexy yakuza" con tonillo erótico (ese tan típico japonés. Dulzón y tal), haha. La madre que lo parió! xD
      Me alegra que no te resulte tostón leer tanto de ellos :P A ver si me centro también un poco más en el resto porque me van a coger celos :S

      Eliminar

  3. layka Silvia Millan dijo...

    Pu...pu...pues me gusta mucho¡¡¡ XDDD Kei es la caña, hay que ver lo manipulador que es...y lo acusica :P.
    Eso si, me gusta que no haga demasiado drama de todo lo que le pasa, es como es, procura salir adelante y yasta. ^__^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Algo de provecho tendrá que sacar de esas situaciones. Es la ley del más fuerte (o del más inteligente, en su caso xD). La verdad es que así en el relato queda bastante mitigado la gravedad del acontecimiento (por el tonillo con el que lo relata) pero es algo serio. No me gustaría estar en su pellejo. Pero sí, es admirable que siga tirando para adelante aunque en su caso, le sale de manera muy natural. Ni siquiera piensa en ello.

      Eliminar

  4. Sara Randt dijo...

    Mola el relato~ ºuº
    Ya llevaba tiempo queriendo leer algo de Kei, que, aunque siempre lo veo por todos lados (xD!) y me llama la atención, a decir verdad no sabía mucho de él D:_

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso de "lo veo por todos lados" me ha llegado al alma xDDD Dios... es que es verdad. Es con quien más coñazo doy ^^U A ver si me controlo un poco y le hago más caso al resto (ahora genial, porque como no lo tengo conmigo...).
      Me alegra que te haya gustado el relato. Aunque no destaque escribiendo, al menos me mola ya el simple hecho de poder reflejar algo de los personajes que por foto y tal pues no se puede, con la misma intensidad ^^
      Hay algún relato más que he subido al blog (en la etiqueta "literatura") por si te interesa ^^

      Eliminar